sábado, 17 de mayo de 2014

Inhumanos



Inhumanos


A muchos les diría de todo,
y aún así me quedaría corto,
serviría de poco,
de nada.
A otros les diría nada,
o más bien poco,
porque no lo valen,
porque no lo merecen.
Y, a la mayoría,
les diría hijos de puta,
monstruos,
cerdos,
mierdas,
inhumanos...
Les diría todo esto,
pero no lo haré,
porque en el fondo,
soy una persona educada.
Les diría hijos de puta,
a muchos,
a casi todos;
desde Presidente a séquito,
desde Líder de la oposición al último,
de jefe de policía a capitán general,
a sus lacayos,
a los que son como ellos,
a estos,
les diría hijos de puta pero,
no lo haré.
A aquellos que,
escudados en su gaviota,
o su rosa,
o sus siglas,
o su inhumanidad,
ignoran el llanto de un padre por su hijo,
de una mujer por su casa,
o de un extranjero por asilo...¡Por vida!..
A esos, les diría monstruos,
cerdos,
mierdas...
Pero no lo haré.
No les diré,
ni a la cara ni de espaldas,
cuanto asco me dan,
cuanta pena,
cuanta ira en mi desatan
y cuanto dolor siembran.
A los que se hacen los ciegos,
o los sordos.
A los que creen que no va con ellos.
A esos que creen que,
la muerte de una secuaz de la gaviota,
iguala la balanza.
A los que tachan de violentos a los necesitados,
de extranjeros que no son su problema,
a los del otro lado de una valla.
A los que se bañan en lagrimas humanas,
a modo de emperatriz egipcia en leche de burra,
y ríen,
y gozan,
y se burlan de las lágrimas,
del sudor y de la sangre del pueblo...
¡Sí, se ríen!
Y no comedídamente,
si no a carcajadas,
y en nuestras caras.
A esos,
les diría inhumanos...
Pero, no lo haré.
Les diría hijos de puta,
monstruos,
cerdos,
mierdas,
inhumanos...
Se lo diría,
incluso a la cara,
incluso con ganas,
pero no lo haré.
Y no me detendré de hacerlo porque esté prohibido,
o no pueda conseguirlo,
o tema a las multas,
palos,
detenciones.
No, no lo haré.
Y no lo haré porque soy demasiado educado para llamar a esa gentuza:
hijos de puta,
monstruos,
mierdas,
cerdos,
inhumanos...