viernes, 14 de marzo de 2014

De acero el día





De acero el día



Escasas palabras tras alabardas tendidas.
Camino de espadas y escudos,
sendero de hacha y lanza,
vacía esperanza,
corazones cansados,
de profundas heridas.
Con armaduras brillantes,
de petos antiguos de color óxido.
De acero el día,
de cobre la noche.
En las manos empuñadura,
camino y locura.
En las manos sangre,
por detrás,
mugre,
muerte,
 y un largo camino al frente.
Con un casco con visera de alambre,
de hebras de hierro,
y retinas con sangre.
Con miradas entre barrotes,
endiablados zelotes,
con el cuerpo enlatado,
sectario hastiado.
Montando aires,
caballos,
y dragones,
camino de largo,
buscando nuevos dolores,
nuevos fragores,
colores,
flores,
donde se mezcan menos traidores.
Y
amores,
acordes,
con nuevos sabores,
en espadas,
aceros,
escudos,
y viejos sudores.
Escasas palabras tras picas rendidas,
camino de muertos,
plagados de heridas,
y tipos ciegos y tuertos,
que fueron muy duros,
y quedaron desnudos.
Con armaduras brillantes,
de esquirlas clavadas en pecho mudo,
de acero el día,
de cobre la noche.
Camino seguido,
sendero perdido.
En las manos la guerra,
de vida madura.
En las manos sangre,
por detrás,
mugre,
muerte,
y un largo camino al frente.

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