domingo, 9 de febrero de 2014

Yo, soy de Motril




Yo, soy de Motril


Y aquí donde me veis, yo, camino más a menudo de espaldas y con los ojos cerrados de lo que parece.
Aquí donde no me veo, me regodeo y, en mi marcha atrás, salgo de boquerones para caer en quisquillas más a menudo de lo que me gusta reconocer.
Pues no es de chulos ni de grandes pasar de capitales a chirimoyas, o de costa del sol a costa tropical.
Pues, donde entro en vuestro rango de visión siempre estaré enfrente de la playa, no muy cerquita, pero sí mirando hacia el mar, ya sea donde vivo o en mi hogar.
Y aquí, en el sendero que separa costa de costa, puerto de puerto, ciudad de casa, aquí, camino a menudo, de hogar a hogar, de vida a vida, de presente a pasado, pero con sabor a salitre en los labios.
De Malagueta al Poniente que mejor conozco. De presente cargado de amigos y hermanos a pasado cargado de hermanos y amigos.
A pocos kilómetros y a una sola carretera, a poca distancia y un par de horas, con horizontes hermanos y mismo mar, con arena y piedras, y con olas que se llevan castillos, aquí, en este camino, recorrido para bien y para mal, aquí también tengo mi hogar.
Pues aunque siempre "granaíno" de espíritu, ya tengo más aspecto de boquerón que de Granada.
Pero las apariencias engañan pues, aunque siempre renegué, aunque siempre me quejé y lo volveré a hacer, dentro de la patata roja que me hace de corazón, una voz, algo cateta y cerrada resuena con un orgullo que solo los años han podido poner ahí.

Una voz que ya no se calla ni se callará y, que dice con un cierto deje de campo costero: "Yo?! Yo soy de Motril!"

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